Piel inconforme

Un espacio para sentir, disentir, para disfrutar de aguas internas, o ríos, o mares... Para buscar las sombras de todos los árboles y aprender de su silencio... También para compartir el casual color de las cosas impreso en el papel húmedo o el lienzo... Y , ¿por qué no? para que hablemos sobre lo que pasa, o sobre lo que creemos que pasa...

"¡De la abundancia del corazón, habla la boca!"

sábado, 16 de abril de 2011

Un marinero que se metió a jardinero…


Pero esta vez no se fue. Estaba el jardín en flor… y una mujer de ébano con historia y mucha soledad a cuestas y enorme cabellera como un continente, bailó aquello de la pecera y todo ese Caribe de verdad, el de la sangre, no el del “reclamo” turístico, el de la sangre, el de la piel, el que yo una vez quise atrapar en un poema, el Caribe ancestral que mastica la música con todo el cuerpo… Sí, ese Caribe profundo lo atrapó más allá de la orilla, hasta el jardín, más allá del jardín, hasta la huerta, más allá de la huerta, hasta la entraña, más allá de la entraña, hasta la simiente, más allá de la simiente, hasta el revenar del tronco viejo.


Y ahora hay muchas trenzas de colores, abalorios, abalorios y roca, espuma, abalorios y espuma, tambor, abalorios, tambores, espuma, pescado frito... ¡Hoguera adentro y hoguera afuera…!