Piel inconforme

Un espacio para sentir, disentir, para disfrutar de aguas internas, o ríos, o mares... Para buscar las sombras de todos los árboles y aprender de su silencio... También para compartir el casual color de las cosas impreso en el papel húmedo o el lienzo... Y , ¿por qué no? para que hablemos sobre lo que pasa, o sobre lo que creemos que pasa...

"¡De la abundancia del corazón, habla la boca!"

lunes, 19 de abril de 2010

Desarraigada




No conozco el ancestro, la relevancia de la mirada, ni las usanzas… No entiendo el acento o la intención. No entiendo cómo nacen las frutas por estas latitudes, ni de dónde las aguas.

No sé por qué es importante saber los nombres y los nombres de los nombres, y los nombres de los nombres de los hombres… hasta la 5ª generación. ¿Tanto miedo a la no pertenencia? ¿Tanto miedo a nada más ser algo tan individual y específico como vos o yo, aquí y ahora…?

Yo no sé nunca cómo se llama nadie. Sé que los amo, que me forman parte… Nos formamos, nos tejemos, nos entretejemos entretelones, nos sostenemos, y pocas veces nos desechamos.

No entiendo tampoco a las flores tan grandes y en los árboles. Tan raras, como pájaros enormes, recelosos y estáticos. Me gustan sus semillas, pero “me recelo” porque no sé qué me ocultan.

Sé que cada vez soy menos extranjera. Otros fueron mis códigos- significantes - flores – paisajes – tactos - archivos - historias… Y mis recuerdos desmembrados… Veranos – otoños - pubertades - adoquines. Pero estoy aquí.

Nunca nada pudo ser del todo porque me arrancaron y aquí nada nunca.
Aparte de todo lo que fue. Que es todo.

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